Los nuevos retos nos fijan límites que se desdibujan mientras avanzamos y a medida que lo hacemos encontramos nuevas energías y posibilidades de hacer más.
Vamos aprendiendo un nuevo camino, el nuestro. Una opción postpandemia. También los medios cambiaron, no solo desde sus formatos, sino también sus contenidos, propuestas y alcances. Hubiera sido imposible tener una revista, una radio, un periódico con los medios que se requerían hace un par de lustros; hoy casi nadie apuesta al impreso por una serie de razonables motivos, los costos de las materias primas y el descenso de la circulación, sin embargo, lo seguiremos intentando con un soporte adecuado, en un lugar adecuado y en su oportunidad. Mientras tanto, esto recién empieza y eso nos entusiasma. En el proceso comunicacional dos meses es como aquello de las primeras lecturas, las primeras voces que se escuchan y que comienzan a dialogar entre nuevos vínculos por las pantallas individuales del planeta Bolivia.
Recorrerán los pasillos digitales y las secciones temáticas responsables y protagonistas de problemas y soluciones de un mundo sostenible, de posibilidades, sueños y acciones que nos hacen renacer cada día y cerrar los ojos buscando descanso al final de una jornada con alguna, por más pequeña que parezca, misión cumplida.
Si alguna vez fuimos semilla fue para germinar con el calor de tus manos. Si alguna vez germinamos fue por el agua que nos alimentó para crecer. Si alguna vez fuimos alimento para los ecosistemas nos reprodujimos en especies animales y vegetales en todo el planeta. Un ambiente que nos recogió y aceptó en equilibrio, en bondades y en convivencia.
Nos queda medio ambiente, lo que haremos con el resto será la última oportunidad y las futuras generaciones nos lo cobrarán. Plantemos árboles, pero también semillas.
