Verónica Stella Tejerina Vargas
Viajera, amante de la fotografía y la ilustración
Mgr. Educación intercultural Bilingüe
Bolivia es sin lugar a dudas un país idílico para los amantes de las rutas, dada nuestra gran diversidad de regiones y ecosistemas. Somos un destino deseado por montañistas que buscan experiencias intensas, gracias a los imponentes nevados a más de 6.000 metros de altura, siendo el nevado Sajama, en el departamento de Oruro, el estratovolcán más alto de nuestro territorio con sus 6.542 msnm. Nuestro territorio albergar únicos tesoros naturales como el lago más alto del mundo, el “Titicaca”, situado a una altitud de 3.812 msnm. en el departamento de La Paz, corona que compartimos con el vecino país de Perú. Así también el Salar de Uyuni, en el departamento de Potosí, considerado como el mayor desierto de sal del mundo con una superficie de 10.582 km².
La naturaleza se ha convertido en un deseado destino turístico, toda ella, cada parte de su extensión. Mientras más atractivas y llamativas sean las propuestas naturales, se tendrá una seductora campaña de medios de comunicación que permitan captar viajeros y viajeras de todas partes de nuestro territorio y fuera de él. Sin embargo, un rubro que genera muchas fuentes laborales e ingresos considerables no deja de estar en el ojo del huracán, al producir un importante impacto ambiental, que poco se visibiliza, debate o soluciona.
Actualmente existe una explosión turística, promovida por las redes digitales, las agencias de turismo legal y clandestino, los clubs de trekking, ciclismo, motociclismo, los grupos de amigos, familias o parejas. No obstante, es necesario reflexionar sobre el impacto real que las agencias o grupos de viajeros ocasionamos. Aquí también me incluyo, como asidua viajera, que de manera autocrítica y desde la experiencia y la observación ha identificado variadas problemáticas. Asimismo, el presente texto buscará reflexionar sobre algunas preguntas: ¿cómo impacta nuestra presencia en entornos naturales? ¿Cómo podemos promover un turismo consciente, reduciendo el impacto ambiental? ¿Qué podemos hacer para contribuir a la conservación de la naturaleza?
- ¿Cómo impacta nuestra presencia en los entornos naturales?
Lastimosamente la irrupción del ser humano en los entornos naturales “siempre” genera un impacto. Lo que podemos hacer como viajeros o visitantes es aminorar la inevitable huella o daño que causamos. Uno de los problemas recurrentes es el de la basura que se genera en todo desplazamiento. En consecuencia, en las fuentes de agua y trayectos naturales se encuentran botellas de plástico y vidrio, envases de comida, pañales y todo tipo de desperdicios. Por tanto, queda de manifiesto que nos falta una verdadera cultura que promueva la valoración de los entornos no urbanos para mantener la basura en su lugar, traerla de retorno, o retirar aquella que encontramos a nuestro paso.
De igual manera, en nuestro afán por perpetuar el momento de nuestra visita y conservar un recuerdo tangible nos llevamos piedras, tierra, agua, o arrancamos flores, hojas o ramas del entorno; sin darnos cuenta que estamos modificando negativamente el habitad de insectos o animales que requieren de los elementos que le arrebatamos a la naturaleza. Nos toca ser conscientes de nuestros actos pequeños pero destructivos, que tienen una mayor incidencia cuando estas prácticas se realizan masivamente.
Otro de los temas para reflexionar es la marca que dejamos aquellos que practicamos montañismo. Si bien, nuestra responsabilidad es menor, ya que son otros factores los que han enfermado a las montañas[1], hay rutas que se están masificando y cambiando el rostro de estos colosos, pues tanto transitar los senderos nevados hace que poco a poco los nevados vayan perdiendo su espesa capa. En temporada alta, tanto montañistas nacionales como extranjeros se vuelcan a los glaciares con el anhelo de “conquistar” o “coronar” la cima. Tenemos que ser conscientes del efecto de nuestros actos, buscando alternativas que equilibren un turismo responsable y el impacto ambiental que generamos.
Asimismo, por el acelerado movimiento en las ciudades, los problemas de salud a causa del estrés se han disparado, volcando gran cantidad de personas hacia los entornos naturales, personas que quieren desconectar de todo y ven la naturaleza como una forma de terapia o simplemente disfrute. Empero, la saturación de visitantes a los lugares turísticos genera el desplazamiento de animales o insectos por el ruido o la presencia que causamos, o su efecto contrario, el acercamiento de animales que, en busca de comida, se sienten atraídos a los viajeros, poniendo en riesgo su seguridad.
2. ¿Cómo podemos promover un turismo consciente, reduciendo el impacto ambiental?
Nuestras acciones son el resultado de nuestra manera de concebir la naturaleza, aunque en nuestro país términos como Pachamama y Madre tierra son parte de nuestra cultura, espiritualidad y ritualidad, en el fondo nuestras prácticas nos delatan en nuestro débil accionar. Es importante ser autocríticos en nuestro acercamiento hacia la naturaleza, toca dejar de verla de forma utilitarista, como mero complemento discursivo, fotográfico o medio de explotación para obtener lucro o bienestar.
A su vez, la información de consumo a la que somos expuestos y la exposición de nuestra vida en las redes sociales nos han desvinculado, en mayor o menor grado, de la conexión con la naturaleza. En vez de contemplar, sentir y observar, nos enfocamos en obtener la foto más llamativa, utilizamos la naturaleza como atractivo fondo, incluso arriesgando nuestra propia vida. Así, es importante hacer una pausa y buscar un necesario equilibrio para frenar el deterioro de aquello que decimos “amar”, “respetar” o “cuidar”.
Es vital asumir nuestra responsabilidad para aminorar el daño que ocasionamos, todo se trata de decisiones y de saber elegir los caminos que no atenten contra el medio ambiente. Si en la naturaleza encontramos paz y salud, es necesario que también la preservemos con acciones pequeñas pero concretas, concibiéndola como un ser vivo, interconectado, donde el ser humano es una parte dependiente del todo.
3. ¿Qué podemos hacer para contribuir a la conservación de la naturaleza?
Si realmente deseamos contribuir con un grano de arena en el bienestar de nuestro medio ambiente, como viajeros podemos llevar una bolsa mediana y guantes para poder recoger la basura que encontremos en el camino, si no se puede recoger toda, por lo menos ayudemos levantando una parte, una pequeña acción siempre será mejor que la inactividad.
No sustraer ningún elementos de la naturaleza, lo que para nosotros puede ser un recuerdo que quedará olvidado en algún rincón de nuestro hogar, éste puede ser el habitad o el refugio de insectos o animales.
Tener consciencia de que: a mayor cantidad de visitantes en un entorno, el impacto de nuestra presencia será mayor. Lo ideal será planificar incursiones de grupos medianos y no masificados. Cuidar de no excedernos en generar contaminación auditiva que obligue el desplazamiento de animales o insectos.
Exigir a las agencias de turismo o clubs que cumplan con las medidas de resguardo natural, lo ideal sería que todas ellas tengan un protocolo medio ambiental orientado a defensa y la preservación de la naturaleza, teniendo cuidado cuando se realiza campings, se hacen fogatas o se utilizan materiales del entorno. Que el objetivo principal de las agencias sea el de tener un trabajo digno que no busque el extremo lucro o la explotación de la naturaleza como mero objeto.
Reflexionar el impacto del montañismo en los glaciares, preservando la salud de los nevados por encima del turismo masivo e irresponsable. Buscar rutas de menor impacto que no dañen a los guardianes pétreos. Tampoco usar a montaña como objeto para ser conquistado, vencido o doblegado, acciones que sólo sirven para fortalecer nuestro ego.
Nuestra mirada hacia el entorno natural puede mejorar, acercándonos a los lugares naturales como escenarios vivos, con respeto y gratitud, no sólo ir a la naturaleza como saqueadores para extraer disfrute, emociones e imágenes; sino también aprendamos de los lugares, de su historia y de los habitantes que los custodian, difundiendo la profunda riqueza de estos lugares.
Denunciar a las autoridades competentes toda práctica que atente contra al medio ambiente o a empresas dudosas e inescrupulosas que quieran lucrar indebidamente con ella, documentando las denuncias o presentando pruebas para difundir estas problemáticas que se presentan y que muchas veces se callan por temor o falta de canales para su difusión. Aquí, la Agencia de Noticias Ambientales ANA – Bolivia, puede ser una instancia de apoyo ciudadano. https://anabolivia.org/
3.1. Contribución personal: Ilustración- fotografía y medio ambiente
Viajar transforma, contemplar los paisajes que nos hablan directamente a la consciencia de nuestro ser es una experiencia indeleble. Este lenguaje nos hace parte de un latido mayor, nos hace parte de la tierra, nuestra casa, nuestra gran madre que nos cobija, nutre y contiene. Es a partir de esta mirada que busco contribuir desde el mundo de la fotografía y la ilustración al acercamiento, valoración y cuidado de nuestro medio ambiente; inspirándome en las montañas, las cuales retrato en sus contornos, rostros y esencia para luego entregarles sus dibujos en actitud de ofrenda.
Mi hacer se orienta a que las personas viajen imaginariamente a través de las fotografías para conocer los rincones de nuestro país, o que reflexionen desde un dibujo. Estas acciones tienen por objeto despertar el conocimiento y voluntad para preservar nuestro hogar, la tierra; pues no se cuida lo que no se conoce o se ama. Es el desconocimiento, y la falta de conexión que nos desvincula y nos endurece, evadiendo nuestras responsabilidades para con el medio ambiente. De esta manera, el arte es una importante herramienta para transmitir mensajes y contenidos que nos permitan reeducarnos y entender que: “La naturaleza no es un lugar para visita, es nuestro hogar.”(Gary Snyder. Activista.EEUU.1930)
[1] El cambio climático producto de las acciones humanas es la principal causa del derretimiento de los glaciares, como lo señalan ciertos estudios: “Bolivia contribuye principalmente mediante la deforestación en tierras bajas. Recientes estudios muestran, sin embargo, que el hombre está causando la aceleración del derretimiento de las “nieves eternas” de las altas montañas por otro factor adicional: depósitos de partículas microscópicas de hollín (o carbón negro) en la superficie glaciar, que resultan de la quema de diesel y de biomasa”