Los meteorólogos en Emiratos Árabes Unidos (EAU) dijeron que fue un “acontecimiento excepcional” en la historia climática del país. El Centro Meteorológico Nacional del país árabe dijo que se trató de la mayor precipitación de los últimos 75 años.
Lo cierto es que en la región del Golfo Pérsico este fenómeno generó lluvias récord entre la noche del lunes y el martes. Oficialmente se conoció que en 24 horas cayeron más de 254,8 mm de agua en la zona de Khatam al Shikla, a unos 150 km al sur de Dubai. Eso equivale a toda la lluvia que suele caer en EAU en todo un año.
Oficialmente se dio a conocer que hubo una baja presión que se generó al sur de la península arábiga y fue la que absorbió una gran cantidad de humedad del mar. El hecho de que la temperatura en la superficie del agua y en el aire fuera más elevada de lo normal, alimentó el sistema de tormentas.
El incremento de temperaturas de la superficie de los océanos, que los científicos atribuyen al calentamiento global, ha hecho más frecuentes este tipo de tormentas alrededor del mundo en los últimos años. Por su parte, se sospecha de operaciones de siembra de nubes llevadas a cabo por los Emiratos, con el objetivo de combatir la escasez de agua, podrían haber causado las lluvias torrenciales e inundaciones generalizadas en su capital.
Ahmed Habib, meteorólogo especializado, confirmó a Bloomberg que se habían efectuado siete misiones de siembra de nubes, lo que habría provocado la generación de las intensas lluvias observadas. Las redes sociales se llenaron de imágenes y vídeos del aeropuerto de Dubái, que sufrió inundaciones que obligaron a suspender las operaciones aéreas durante 25 minutos.
A pesar de los daños materiales y las complicaciones causadas por las inundaciones, la oficina de prensa de Dubái describió estas lluvias como “lluvias de bondad”, subrayando el papel crucial que juegan en la mitigación de los efectos del calentamiento global, que amenaza con aumentar las muertes relacionadas con el calor en los EAU.
Según los expertos, la tormenta que azotó a Dubái ya estaba prevista en los pronósticos meteorológicos. Esto, sumado a que el cambio climático calienta la temperatura del mar, creó las condiciones perfectas para que ocurriera una tormenta de tal magnitud, que destruyó edificaciones y dejó un saldo de al menos 19 muertos en una de las ciudades más lujosas del mundo.
