Ante la emergencia climática los consumidores debemos replantear todo. Desde los hábitos de vida hasta el propósito de las economías. Asegurar las necesidades de hoy sin comprometer el desarrollo social, el crecimiento económico y fundamentalmente protegiendo al medioambiente son los puntos a tomar en cuenta.
Sin sostenibilidad como guía las cuentas no cierran. Repensar el modo de vida, la forma de producir, la forma de movernos y consumimos es la clave para cambiar realmente, lo demás es maquillaje y farsa.
Ser consciente que el planeta tiene sus límites es lograr comenzar a entender que la sostenibilidad no es una moda, sino generar conciencia de que así no. Comprar, usar y tirar, es la economía lineal que nos ha llevado a una situación insostenible y hasta catastrófica en algunos casos.
La transparencia será la forma para no utilizar el término Greenwashing (lavado de imagen verde) como un tópico de quedar bien y estar a la moda.
De qué hablamos cuando hablamos de sostenibilidad
Asegurar las necesidades del presente sin comprometer las del futuro. Todo ello sin renunciar a la protección al medioambiente, el crecimiento económico y fundamentalmente al desarrollo social.
Se pueden esgrimir diferentes tipos de sostenibilidad
Sostenibilidad ambiental: Realizar una gestión eficiente de recursos naturales en la producción fundamentalmente, generando su preservación para las necesidades futuras.
Sostenibilidad económica: se refiere al uso de prácticas económicamente rentables que sean responsables en lo social y en lo ambiental.
Sostenibilidad social: Busca fortalecer la estabilidad y cohesión social y su desarrollo vital. La activista sueca Greta Thunberg dice: Seremos recordados como la generación que no hizo nada mientras la tierra ardía. Hay que llegar al 2025 con el objetivo del carbono neutral, dijo António Guterres, secretario General de Nacionales Unidas.
Mientras tanto el experto en economía circular y fundador de Ecologing, Nicola Cerantola, dice que necesitamos alfabetizar a empresas, instituciones y ciudadanos de a pie en sostenibilidad, además de recapitalizar las industrias hacia una diversificación y resiliencia, término que debemos adoptar y llevar a la práctica cotidianamente. Para eso es necesario incorporarlo a nuestra forma de vivir, desde la producción, el consumo y el diseño de las ciudades”.
Entre los avances para lograr la sostenibilidad encontramos la economía lineal como obstáculo a pulverizar. Lo reciclable entra en tema. Cada día son más quienes buscamos productos que reduzcan el consumo de recursos en su diseño y fabricación reutilizables y reciclables, es decir que tengan la posibilidad de que sus residuos puedan ser recuperados de alguna manera. Reducir, recuperar, reutilizar y reciclar (las 4 R) tienen el objetivo de impactar menos en el medioambiente.
El objetivo de reducir la contaminación en un propósito común. Para decirlo de otra manera los ejes se centran en cambiar el consumo, producir de otro modo, gestionar los recursos y reutilizar el agua.
Algunos estudios internacionales revelan que casi un 90% del tejido empresarial consultado sobre estas nuevas prácticas considera que la crisis económica mundial es un obstáculo para invertir en sostenibilidad; un 32% piensa que es más caro, similar porcentaje sostiene que no hay conciencia ciudadana y un 25% se ampara a que falta un marco legal para llevarlo a cabo. Nosotros consideramos que no hay excusas para este pacto verde, de lo contrario ya conocemos el final desolador que nos espera. En el informe del World Economic Forum sobre riesgos (2020) situaba a los riesgos ambientales entre los más graves para la economía mundial. Las amenazas son la acción climática, eventos meteorológicos extremos, desastres naturales y pérdida de la biodiversidad, entre otros. Para dimensionar el informe están consideradas tan graves como las armas de destrucción masiva.
En esta difícil transición los sectores más preparados son el eléctrico y el de la movilidad. Los cambios deben ser en iluminación, materiales, alimentación, electrificación, hidrógeno, diseños, arquitectura, los cambios apoyados por la digitalización y la innovación.
Los expertos coinciden en que se han postergado las soluciones y que hay poco tiempo para recuperar el tiempo perdido.
Ni los gobiernos solos ni las empresas por su lado, ni las organizaciones por su cuenta, se trata de trabajar en conjunto y con alianzas. Cada uno se necesita con el otro. Se requiere de mayor colaboración público -privada y una mayor colaboración global. En esto la complicidad será la clave para salvar el planeta. Se trata de una emergencia y no una tendencia. Claramente el secretario Gral de la ONU lo expresa de loa siguiente manera: Me frustra la lentitud de los cambios, teniendo la tecnología a mano. Debe ser prioridad la descarbonización, dijo Gutérres sobre las emisiones contaminantes en los países más desarrollados.
La falta de inversión y capacitación es un tema pendiente a resolver. Recientes informes sostienen que casi la mitad de los invitados a descarbonizar la economía dice que la sostenibilidad es una gran oportunidad y un 60% cree que hará a las economías más competentes.
Lo cierto es que los números dependen de los comportamientos y para ello la educación y la pedagogía son un instrumento tan necesario como fundamental, porque en definitiva medioambiente y rentabilidad van de la mano.