En el concurso Internacional Ilustraciencia, su obra “Ara glaucogularis: La Paraba Barba Azul de los Llanos de Moxos”, ganó mención con 2.210 votos del público. El 30 de mayo se conocerán los ganadores en las tres categorías
Hace 23 años se fue a España a buscar mejores días. En 2018 comenzó un proyecto. Hizo una lista de especies endémicas de Bolivia. La paraba barba azul estaba entre las primeras opciones. Sus orígenes benianos le dieron prioridad a los bufeos de río que viven en aquellas aguas amazónicas. Comenzó por rendirles tributo a estos simpáticos mamíferos. “Logré en tiempos de pandemia hacer una ilustración entre naturalista y técnica de estos animales”, dice del otro lado del teléfono. Cuenta que buscó referencias y debió remontarse a unos 200 años atrás, a las ilustraciones de Alcide d’Orbigny (1802-1857).
Los incendios y la deforestación en la región Chiquitana le despertaron los deseos de investigar sobre esta paraba endémica. Se puso en contacto con especialistas, en primera instancia con Luzmila Arroyo, directora del Museo Noel Kempff M., y luego con especialistas de cada especie. Cualquier trabajo de ilustración de este tipo es corroborado por conocimientos científicos. El rigor de cada elemento que dibujaba requería de ‘casi’ la perfección.
De pequeña dibujaba y pintaba, su entorno le era propicio. Los libros de la casa, las labores de su madre, como maestra de colegio, y una hermana mayor, artista plástica, fueron el oxígeno de un ambiente apropiado para su arte. El apoyo y la aprobación de sus maestros por sus habilidades en el diseño y los primeros estudios en ilustración profesional infantil aclararon el camino a seguir. “No puedo vivir 100 x 100 de la ilustración científica, trabajé muchos años en publicidad y en la parte editorial era la encargada del Departamento de Diseño gráfico en la Superintendencia Forestal en Santa Cruz, maquetaba mucho, hoy diversifico mi trabajo. Desde 2018 soy freelance, trabajo en un estudio con mi hermana Adela, y estamos en proyectos personales referidos a la divulgación científica en Vitoria-Gasteiz, España”, señala en el atardecer vasco.
Del Bufeo a la Paraba Barba Azul
Luego del bufeo, el proyecto de la barba azul pide permiso para ingresar a los recuerdos de cuando tenía 14 y 16 años y comenzaba a acompañar a su padre a sus coberturas periodísticas. Recuerda que como camarógrafa le apoyaba con documentales de especies nativas e incluso de pobladores de la región.
Los incendios de 2019 detonaron en ella nuevos impulsos al ver que muchos ecosistemas habían desaparecido. “Se me partió el corazón al ver lo que ocurría. Me animó a seguir y a ponerle más horas a este proyecto personal. Fue entonces que, en un Centro de Interpretación de la Naturaleza y Medio Ambiente en Vitoria, España, me dieron la oportunidad de exponer estas ilustraciones mediante infografías, en compañía de una colega argentina, Julia Rouaux. Expusimos trabajos de especies comunes de la región entre Argentina y Bolivia”, dice Nagashiro.
“La gente no sabe la importancia que tienen estas aves. El año pasado fui a Bolivia y en el camino me encontré con una señora que le tiró a un lorito con el objeto de tumbarla y tenerla de mascota. Tardé en hacerle entender que lo que estaba haciendo estaba mal, que no se podía tener a estos animalitos como mascota”, dice.
Entre sus objetivos crear conciencia con este trabajo se refuerza con la divulgación del mismo. El recurso de observación de las fotografías a veces no alcanza, la vivencia y la observancia directa son superlativas, sin embargo, al no estar en Bolivia se hacía más complicado para ilustrar su objetivo. “Fui trabajando en varias ilustraciones de distintas posiciones, hubo que hacerlo en 360 grados”, recuerda.
Gran parte de su trabajo es hacer infografías, complemento de su labor como diseñadora gráfica y la ilustración científica. La infografía le sirve para divulgar su trabajo, un periplo que la lleva a nuevas instancias de comunicación invirtiendo más tiempo, pero ingresando a nuevos espacios también.
Hoy celebra estar entre los 40 finalistas del 11º Concurso Internacional Ilustraciencia con la obra “Ara Glaucogularis: La Paraba Barba Azul de los Llanos de Moxos”. Pero como todo proceso, con etapas y tiempos.
“Una ilustración como esta lleva mucho tiempo de investigación, la ilustración es lo de menos”, reflexiona y estima que “en horas trabajadas conlleva unas 20 a 30 horas como mínimo. Además, tiene el texto, la información y el diseño de la infografía”, complementa.
Para este trabajo utilizó grafito y acuarela como técnicas analógicas y luego lo concluyó en digital. El color entre ambos soportes varía. Conseguir un color específico para esta paraba no fue fácil, cuenta Nagashiro. Narra que el Barba azul tiene unas tonalidades entre azul en unas partes de las alas, otras turquesas y partes más verdosas. “Me ha costado bastante trabajar esa tonalidad, por eso presenté una imagen de espalda y otra de frente”.
El movimiento del dibujo es otro de los puntos especiales de esta ilustración. Nagashiro trabajó con arquetipos, con estructuras. “Se debe tener el conocimiento de las alas principales, secundarias, terciarias y una serie de detalles que exigen rigor”.
De más de 200 trabajos presentados en el Concurso Internacional Ilustraciencia en España, Patricia Nagashiro quedó entre los 40 finalistas. Nagashiro utilizó sus redes sociales para anunciar la noticia y agradecer a todas las personas que votaron por su obra: “Gracias a todos los que votaron y estuvieron pendientes. ¡Solo me queda por decir 2.210 gracias! ¡Todos hemos ganado! Gracias por acompañarme en este mundo de la divulgación científica”, dice en la publicación de su red social.
La undécima versión del Premio Internacional de Ilustración Científica y Naturalista Ilustraciencia, organizada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) a través del Museo Nacional de Ciencias Naturales junto con la Asociación Catalana de Comunicación Científica incluye tres categorías: Ilustración Naturalista, Ilustración Científica y Año Cajal. Es de técnica libre e incluye texto divulgativo. Tendrá un premio de 1.000 euros para cada categoría ganadora y una exposición itinerante de las 40 preseleccionadas con un catálogo digital.
