El tema del Día de la Tierra 2024 es Planeta versus Plásticos y se basa en un objetivo: reducir la producción de plástico en un 60% para 2040. Su lema es “60×40”.
La plaga del plástico contamina océanos, ríos, canales, la tierra y a los seres humanos. Por minuto arrojamos camionadas de plásticos a las aguas en el mundo. Los microplásticos son omnipresentes en todos lados. De no hacer nada para combatirlos, expertos estiman que la cantidad de plásticos en los océanos se cuadriplicará de aquí a 2050. Hoy, según la Red del Día Mundial de la Tierra (Earth Day Network), se producen 380 millones de toneladas de plástico cada año. Sin embargo,solo el 9 % del plástico producido hasta ahora se ha reciclado. Es un material que tarda entre 100 y 1.000 años en degradarse.
Marlene Quintanilla, directora de Investigación y Gestión del Conocimiento de la Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN) reflexiona que en Bolivia se necesita endurecer el uso del plástico. “Hay que ponerle un precio. La gente va a empezar a reducir su consumo a partir del momento en que se le cobre por el plástico”, dice. Ve un descontrol absoluto y advierte que bajar su consumo es una tarea muy compleja porque la gente se ha vuelto dependiente en todo sentido, no solo para transportar productos sino para el embalado de comidas, entre otros tantos usos.
Reciclar, evitar el uso de bolsas de plástico y re-utilizar lo que sea posible son recomendaciones básicas e importantes para mitigar los efectos de contaminación.
“Los volúmenes son enormes y el uso lineal es abismal. En este día de la Madre Tierra, debiera haber un compromiso ciudadano principalmente de todos los bolivianos de reducir al mínimo o por lo menos reutilizarlo. Veo muchas voluntades de empresas y de vendedores de contrarrestar este consumo, pero el problema reside en usuario que, de cobrarse por el plástico, disminuiría el consumo. Esta sería una meta importante a desarrollar. El plástico es uno de los contaminantes principales no solo en las calles y distintos ecosistemas, sino también en el agua”, dice la experta.
El plástico tarda hasta mil años en descomponerse y en el camino es capaz de contaminar todo. Es un material que tiende a fragmentarse en pequeños trozos hasta invisibles al ojo humano, generando los microplásticos. En este sentido, los efectos a la salud humana son tan graves como el poco conocimiento que se tiene al respecto en la humanidad.
Diferentes estudios de Naciones Unidas han detectado que la contaminación por plásticos en los suelos es hasta 23 veces superior a la presencia de este material en mares y océanos. Resulta novedoso para muchos que estas partículas liberan sustancias químicas nocivas que se filtran en aguas subterráneas llegando a introducirse en los ecosistemas marinos y terrestres.
La primera medida que se podría tomar en favor del planeta es reducir el consumo de plásticos, utilizando bolsas de tela o de papel, rechazando los sorbetes, empleando botellas reutilizables y evitando comprar productos envasados en este material, eligiendo envases de vidrio, metal o cartón, por ejemplo, y por último guardar las tapas de las botellas para ser entregadas a organizaciones que reciclan este tipo de plástico. Otras acciones fundamentales es la de no quemarlos debido a que son muy contaminantes, hasta letales. Existen tipos de plásticos que, al quemarlos, transmiten sustancias químicas que alteran las hormonas.
La ONU declaró en 2009, el 22 de abril como el día internacional de la Madre Tierra, con el objetivo de que cada año los gobiernos del mundo desarrollen acciones para generar conciencia entre su población sobre los retos yla preservación de nuestro planeta. La Madre Tierra es una expresión utilizada para referirse al planeta Tierra en diversos países, por ejemplo, aquí en Bolivia la llaman “Pacha Mama”.
En España, desde que se tiene que pagar por el uso de bolsas de plástico, el consumo se ha reducido muchísimo. Ha llegado un momento en el que es extraño salir a hacer la compra sin llevar tus propias bolsas.
Es lo correcto, en otros países de este continente también, sin embargo en Bolivia los propios cajeros exageran y dan bolsas para cada cosa, como si les pagaran por regalar, sin saber el daño que están cometiendo.