La boliviana María Mercedes Roca Sánchez lleva casi tres décadas realizando investigaciones biológicas dirigidas a aplicaciones agrícolas y ambientales para países en desarrollo, principalmente en América Latina. Desde hace un año ha vuelto a radicar en Santa Cruz para contribuir en el desarrollo sostenible del país a través de su especialidad.
María Mercedes Roca es experta en políticas de biotecnología agrícola y ha pasado casi tres décadas realizando investigaciones biológicas dirigidas a aplicaciones agrícolas y ambientales para países en desarrollo, principalmente en América Latina. Si bien ella nació en Santa Cruz de la Sierra (Es hija del prestigioso historiador e intelectual José Luis Roca García) gran parte de su trayectoria académica y profesional la realizó en Europa y países de América. Es licenciada en microbiología por el Kings College de Londres, cuenta con un doctorado en virología del University College y posdoctorado en el Rothamsted Research del Reino Unido. Ha sido docente de biotecnología en la Universidad Zamorano en Honduras y en la facultad de medicina del Tecnológico de Monterrey, México. Además de directora ejecutiva del BioScience Think Tank y senior Fellow del Institute on Science for Global Policy con sede en Washington DC.
Hace un año decidió dejar su residencia en México y volver a Bolivia. Actualmente asesora a entidades como Anapo, CAO, entre otras.
Roca participó hace unos días en la reunión técnica de Gobernadores por el Clima y Bosques -GCF Task Force 2024, que se realizó en la capital cruceña. En un espacio de esa reunión conversó con SOStenibles.
¿Por qué decidió volver a vivir en Bolivia?
Le juro que el potencial que veo en Santa Cruz es enorme, del mismo modo que veo el gran potencial que tiene Bolivia Ya me cansé de ser extranjera en el mundo y vine a echarle el hombro a mi país.
¿Cómo evalúa la reunión técnica de Gobernadores por el Clima y Bosques -GCF Task Force realizada en Santa Cruz de la Sierra?
Estoy orgullosísima de que estemos haciendo esto aquí en Santa Cruz y que seamos anfitriones de un foro internacional tan importante. Yo me vine a vivir a Santa Cruz hace un año y que la Gobernación y las instituciones locales puedan montar un evento de este calibre me parece increíble.
¿Por qué cree que necesitamos de la biotecnología igual que requerimos en la actualidad de nuestros celulares?, como lo ha manifestado en una de sus declaraciones.
Mire, yo creo que la ciencia y la tecnología nos han dado mucho para nuestro bienestar. Son herramientas, porque los humanos necesitamos de ellas. Necesitamos zapatos para caminar, para que no se nos ampollen los pies. Necesitamos autos para movernos, celulares para comunicarnos y biotecnología para muchas cosas. La biotecnología es una herramienta con aplicaciones en la medicina humana, como, por ejemplo, el desarrollo de la insulina que toman los diabéticos, las semillas para la producción de alimentos. Es beneficiosa para la veterinaria, la bioenergía, para el diseño de biomateriales, además de que es útil para fines de conservación y para la biorremediación ambiental (que consiste en usar microbios para limpiar el agua subterránea y el suelo contaminados). Es una herramienta y los humanos la necesitamos para tener más bienestar en nuestras vidas.
Usted también ha dicho que la biotecnología es una de las cosas que un agricultor debe hacer bien. ¿Podría explicarnos esa idea?
La biotecnología aplicada a la agricultura con semillas transgénicas o semillas editadas son una herramienta. Igual que la insulina es una herramienta para que un diabético pueda manejar su glucosa. Entonces, esa herramienta tiene que ser bien usada. Esas semillas tienen que ser usadas con buenas prácticas agrícolas y sin deforestación. Repito lo que dijo el presidente de la CAO, José Luis Farah, en este foro de sostenibilidad: “Tenemos que producir más y mejor en el mismo espacio y sin deforestación”. Una semilla mejorada tiene dos pilares: una excelente genética que le va a permitir al productor producir más y le va a ayudar, ya sea con la sequía o a manejar un insecto. Entonces le va a mejorar su rendimiento, pero de nada sirve si yo planto esa semilla en un suelo al que le meto químicos a lo loco o estoy quemando y deforestando. Igual que a un diabético no le sirve de nada tomar insulina si come pésimo y no hace ejercicios. Entonces, todas las herramientas tienen un contexto y hay que usarlas bien. Un celular es súper útil, pero si usted se pone a usar el celular, mientras maneja y atropella a alguien, que no le echen la culpa ni al celular ni a la movilidad; el culpable es usted que manejó mal esa herramienta. Ocurre lo mismo con la biotecnología aplicada a las semillas. Si se usan bien, con buenas prácticas agrícolas van a traer beneficios, pero si se deforesta a lo loco y se mete un monocultivo solo de esas semillas y se le meten químicos a lo loco al suelo, obviamente tendrá resultados pésimos. En otras palabras, las herramientas son neutrales, no son ni buenas ni malas, pero según cómo se usan tienen beneficios o perjuicios.
¿No hay un divorcio entre lo que es la biotecnología y los cultivos orgánicos?
Para mí absolutamente ninguno. Ese es un tema ideológico y le voy a poner una metáfora. Hay gente que piensa o pensaba, ahora menos por suerte, que la gente negra es inferior a la gente blanca y que entre ellos no pueden o deben casarse, pero eso en realidad no es científico, sino una visión ideológica racista. Algo similar ocurre con los que solo quieren cultivos orgánicos. Ellos no quieren aplicar la biotecnología porque creen que así los productos se mantienen más puros, más naturales y son mejores. Pero el único impedimento es el intelectual-moralista. Es una narrativa que se inventó el ser humano, pero no es un principio biológico validado por la ciencia.
¿Cuál es la diferencia entre un transgénico y un cultivo editado?
-El transgénico es digamos, la tecnología que empezamos a usar hace 30 años, donde se le pasa el gen de una especie a otra especie. Por ejemplo, el gen que produce una toxina contra insectos que tiene una bacteria, se la pone uno a un embrión de una planta de maíz. Entonces ese embrioncito crece en una planta y ese gen, que era de la bacteria, le da el insecticida que necesita la planta de forma natural, Esa bacteria también se usa como un bien insumo y se puede usar en la agricultura orgánica.
El cultivo editado, por el contrario, uno ve el gen que necesita cambiar y se edita y hay unas herramientas de la ingeniería genética que le permiten a usted cambiar ese gen, es decir silenciarlo o apagarlo. Entonces, usted no está poniendo un gen de una especie a otra, sino está editando el gen de lo que usted quiere mejorar. Eso ya se hace en la medicina humana para mejorar los efectos de algunas enfermedades, como la fibrosis quística por ejemplo y está teniendo un auge enorme. Es por eso que a los activistas anti transgénicos les pido que no nos quiten, a los que trabajamos en la salud de las plantas, esa herramienta tan útil de la ciencia.
¿Cómo cree que se pueden aunar esfuerzos en favor de la sostenibilidad?
Creo que se tiene que introducir ‘el principio de una sola salud’, o One Health, un enfoque integral que busca equilibrar y optimizar la salud de los humanos, los animales y los ecosistemas. Desde esta visión se reconoce que la salud de todos esos elementos está estrechamente vinculada. Es decir, la salud de las personas, animales y los ecosistemas tienen que ser tomadas como una sola, de forma holística. Lo que nosotros llamamos plaguicida, en medicina humana, se llama antibiótico, antiviral o antifúngicos. Usted se pone una crema si tiene una infección de hongos, pero si el pobre productor le pone un fungicida a su cultivo, salen a decir: “¡Ay, no!”. Eso porque hay falta de información correcta y mucha hipocresía. Imagínese usted quitarle al médico sus antibióticos, sus analgésicos y la capacidad de abrir a un paciente y operarlo. Del mismo modo los productores también necesitan agroquímicos. No estoy diciendo que son buenos, sino que hay que usarlos de forma racional con las nuevas tecnologías de la ingeniería genética y sobre todo con buenas prácticas agrícolas sin deforestar y teniendo una conciencia ambiental y social, que todo esto que hacemos nos beneficie a todos, no solo a algunos segmentos.
¿Qué tenemos que hacer en Bolivia para implementar la biotecnología de manera correcta?
No creo que deberíamos hablar de cómo se implementa una tecnología, sino cómo se aplica una tecnología a algo útil, entonces lo que tenemos que hacer es agricultura de forma mucho más sostenible. Aquí tenemos territorios inmensos. Tenemos que protegerlo y subir nuestra productividad. En este foro escuchamos que el 85% de los productores son pequeños agricultores. Son productores de soya, algodón, de caña de azúcar, bueno, de muchos cultivos. De ese porcentaje, y lo tengo que decir con mucha preocupación, la mayoría son menonitas e interculturales.
Tenemos un problema serio con los menonitas, los interculturales y los pequeños y grandes productores que no hacen agricultura sostenible. pero, hay que hacer intervenciones urgentes con los menonitas y los interculturales. Empezando por ellos, porque son muchos y ni saben que no saben. Los menonitas y los interculturales no saben hacer agricultura amazónica o agricultura tropical. Ellos no tienen una relación con el medio ambiente amazónico como lo tienen los indígenas de Santa Cruz. Oí una frase muy linda hace poco: “tenemos que chiquitanizar la cruceñidad“. Entonces bienvenidos todos, pero tienen que adaptarse a la realidad cruceña, que es amazónica.
Por razones políticas también están regalando tierras para que las manejen sin saber cómo hacerlo. Si a usted le van a regalar un auto, por lo menos le tienen que enseñar a manejar. Algunos las venden ya deforestadas a empresarios brasileños, argentinos o bolivianos sin escrúpulos, porque la tierra deforestada vale más. Tenemos que cambiar esas políticas perversas de la función social de la tierra, ¿cómo puede la tierra valer más sin bosque que con bosque? Son cosas perversas que tenemos que cambiar.
¿Cómo se logra tener biotecnología hecha en Bolivia? Requiere de un ambiente que promueva la investigación, que promueva la educación terciaria, que haya inversión, que haya una promoción para startups compañías de biotecnología, porque recuerde que la biotecnología tiene muchísimos aplicaciones y ámbitos. Entonces tiene que haber un convencimiento de que la economía del conocimiento es importante y que no tenemos que vender solo materia prima, sino ideas. Tiene que haber más investigación en nuestras universidades y ¿sabe qué? Yo creo que aquí en Santa Cruz lo vamos a lograr. Estoy convencida que vamos a lograr realizar biotecnología hecha en Bolivia. Con el apoyo de los rectores de las universidades, con los presidentes de las instituciones, con los gerentes de las empresas, porque entre los estudiantes hay mucho talento y ya estamos trabajando en eso.