Cuando se presenta dice: soy Benjamín Peña, de Riberalta, de Medio monte y más tarde dirá “nací para el amor”. Este luchador y guardián del bosque tiene su película y se llama Don Benjamín. Acaba de presentarse en Santa Cruz de la Sierra y con éxito.
El hombre nacido en Riberalta recupera tierras degradadas, lucha contra el fuego y contra la ambición de los incendiarios de la naturaleza. Parte de su historia es contada en el documental dirigido por el español Iván Zahínos que conoció Bolivia hace una década cuando llegó a trabajar a Riberalta con la asociación internacional Medicusmundi, dedicada a la salud y que apoya a ese municipio.
Al cineasta español lo impactó la bestialidad del cambio de la selva y el bosque a causa de los incendios y cómo cada año el fuego se va devorando la tierra, los animales, los sembradíos y la vida silvestre, devastando esperanzas y quitándoles oportunidades de vida a los comunarios indígenas que viven en esta parte de Bolivia.
“Sabemos que la frontera agraria es más angurrienta y va más rápido que las reacciones de forestar y tratar de reparar los daños. Ha sido difícil encontrar el equilibrio porque, por un lado, es una región de alta belleza y magia y, por otro lado, cuando llegan los incendios, en determinadas épocas del año, la región se transforma en el mismísimo infierno. La idea es intentar transmitir esta realidad y llegar al corazón de la gente y a partir de allí tratar de cambiarla”, dice el español.
Don Benjamín cuenta que no le creía cuando le propusieron contar una historia, hasta que lo consultó con su esposa y le dio la venia para que acepte. El cineasta entonces le prometió volver en un año y así lo hizo. Se instaló en la hospitalidad su familia y la peli comenzó a rodar contando simplemente su cotidianidad. “Para mí fue un sueño porque yo no pensé en filmar esto”, dice Benjamín.
Por su parte el director siente esperanza “de saber que se puede reforestar, pero también es buena oportunidad a través del documental para alzar la voz y poner un alto a la quema. Es más lento hacer un bosque que quemarlo. Este trabajo me deja con ganas de seguir peleando”, dice.
Don Benjamín es un documental de la Asociación medicusmundi Mediterrània, que tiene como ámbito de actuación Cataluña, la Comunidad Valenciana y las Islas Baleares. Medicusmundi Mediterrània trabaja desde 1993 en Bolivia.
Marisabel Cortez Ortiz, es la esposa del protagonista. Ella nació en Santa Ana de Yacuma al igual que su suegra y es quien comparte la familia con la engendraron 11 hijos. Ambos fueron capacitando a sus hijos hasta formar un grupo de bomberos. Como la mayoría son hombres han conformado hasta un equipo de fútbol.
“A la naturaleza hay que respetarla porque de ahí sacamos todo, las medicinas, los alimentos, todo”, dice el hombre que no tarda en contar sus penas. “Cuando sembrábamos 4 hectáreas el fuego nos devoraba 3,5 y quedaba media hectárea. No había quien nos ayude. Hasta que de tanta pérdida comenzamos a trabajar con nuestros hijos (13) con quienes abríamos brecha para esperar los incendios”.
Benjamín es carpintero e incluso tiene una casa de oración, pero se enorgullece cuando relata su satisfacción por reforestar. “Conformamos una Asociación de jóvenes reforestadores con la capacitación de Cipca Norte, una ONG que nos ha ayudado mucho”, confiesa Benjamín.
Su mensaje al mundo es un mensaje con dolor. “A los que queman les digo que se toquen el corazón, que piensen en sus hijos, tenemos que proteger este pulmón del mundo que es lo que le vamos a dejar a las futuras generaciones. Muchos no están pensando en sus hijos, solamente piensan en llenarse los bolsillos de plata y ¿de qué van a vivir sus hijos?, con la plata esa no, tenemos que respirar, que alimentarnos y eso sale de la naturaleza de los bosques, cuánta medicina se pierde con tanta quemazón, con esas multas que se cobran no hacemos nada, no van a recuperar la cantidad de hectáreas que se pierden y la cantidad de animales que mueren”, dice el hombre de la piel curtida y la sonrisa ancha. Cuenta que en España lloraron al ver la película y valoraron su trabajo y compromiso con el bosque, ahora espera que en su país, en Bolivia, pase lo mismo, pero además se ilusiona con la unión de todos para evitar este desequilibrio con la naturaleza. El documental, de 29 minutos de duración, se exhibió en Valencia, Barcelona, Riberalta y ha obtenido un premio en Europa donde está participando en varios festivales por el mundo.
El cortometraje se ha presentado en Italia, España, Bolivia, Argentina, Panamá y Polonia, donde ya tuvo un importante reconocimiento.
Cuando acabe el circuito festivalero su director anuncia que estará ‘on line’ para que lo vea la mayor cantidad de público posible, ese es uno de los propósitos para crear conciencia, tocar fibras y emociones y generar un cambio.
