El fuego del Pantanal es como un fantasma. Todos los años sus lenguas voraces se mueven como dragones siniestros por su extensión. Desde el lado brasileño comenzó a arder el bioma y ya se ha comido 40.000 hectáreas solo en Santa Cruz.
Por el cambio climático, la sequía, las altas temperaturas y la mano del hombre este año los incendios comenzaron antes. Hoy los fuegos se intensificaron y nos hay manos ni brazos que alcancen para apagar su furia cada día más roja.
Cuando en el Estado de Matto Grosso do Sul comienzan a llorar a sus víctimas biológicas en el Estado de Río Grande do Sul se van secando las lágrimas de tanta inundación y desastre.
El Pantanal abarca parte de Brasil, Bolivia y Paraguay y una cosa lleva a la otra. El fuego desata sus bamboleos y no hay frontera que ataje su angurria de este lado del país. Si bien antes la la llanura inundada más grande del mundo ofrecía resistencia hoy los pastizales secos son combustible y fervor de un polvorín sin escrúpulos.
En junio este poderoso bioma ya sufrió más de 7.000 incendios, más de un 3.000% respecto al año pasado de acuerdo al Instituto de Investigaciones Espaciales de Brasil (INPE). En Corumbá y Puerto Suárez no llueve. La densa humareda que esto provoca ha hecho que se suspendan clases.
Incendios, baja humedad, altas temperaturas, humo
A las orillas del río Paraguay se vieron reportes de alumnos de una escuela que fueron evacuados en lanchas por el fuego inminente que les amenazaba por su seguridad. Este río está hoy con tres metros menos de agua habitual. Su cuenca hidrográfica se encuentra en una situación crítica.
“El fuego está cerca al Hito Coimbra, vamos a salir a combatirlo”, dice Antonio Bejarano desde territorio boliviano cerca de la frontera con Brasil. Los vientos fuertes no dan tregua y tampoco ayudan a la labor de guardaparques, bomberos y equipos que están combatiendo y previniendo que la situación se agrave. Si bien Bejarano dice que el fuego está controlado continúa activo. El viernes en la noche estuvieron trabajando en el hito Tripartito sofocando el incendio, según confirma el brigadista boliviano.
Si nunca antes hubo incendios en el primer semestre del año fue por la presencia del agua que se lo impedía, hoy a falta de humedad los fuegos adelantan su paso y se meten sin pedir permiso hasta la garganta de los pueblos fronterizos.
Cuenta el periodista Lorenzo Yopié, desde Puerto Quijarro, que este año no hubo lluvias. Solo alguna esporádica llovizna en algún momento, pero no recuerda una lluvia fuerte en 2024. Es por ello que el canal Tamengo está en una situación precaria desde su navegabilidad.
De acuerdo a los últimos reportes de la Gobernación de Santa Cruz hay cinco incendios activos; dos en San Matías, uno en San Ignacio de Velasco, otro en Puerto Suárez y en Puerto Quijarro.
El Sistema de Alerta Temprana de Incendios Forestales (SATIF) detectó 1.493 focos de calor.
Se han registrado 27 incendios forestales en 2024 afectando a casi 40.000 hectáreas solo en Santa Cruz.
Pantanal Brasileño
Cabe recordar que, en el Día Mundial del Medio Ambiente, el 5 de junio, el presidente de ese país, Luiz Inácio Lula da Silva, firmó con los gobernadores de los Estados que componen el Pantanal y la Amazonia un pacto para proteger y prevenir esta gran región.
Los documentos se firmaron durante un acto solemne en el Palacio de Planalto en el que el Ministerio de Medio Ambiente presentó un balance de sus acciones de enero de 2023 a mayo de 2024.
El plan está centrado básicamente en intercambiar informaciones e integrar bases de datos, pero no cuenta con una dotación presupuestaria específica. Durante la firma la ministra de Medio Ambiente y Cambio Climático, Marina Silva, sugirió que el Gobierno movilice “recursos extraordinarios, medios extraordinarios y acciones legales también extraordinarias para la contratación de brigadistas”, sin detallar cifras.
Antes de la firma de los actos, la ministra de Medio Ambiente y Cambio Climático, Marina Silva, dio a conocer un balance de su gestión destacando el esfuerzo por fortalecer la agenda medioambiental y de promover la transición del país hacia una economía verde y sostenible, que cree las condiciones para que Brasil se adapte y mitigue los efectos del cambio climático.
“No podemos hacer política medioambiental sin un Sistema Nacional de Medio Ambiente fortalecido. No es solo el Gobierno federal. Es poder contar con la acción de los estados, de los municipios, para que tengamos capacidad de respuesta, tanto en la formulación como en la implementación de las políticas medioambientales”, dijo la ministra. Del lado brasileño anunciaron que se trabaja sobre cinco ejes.: Bioeconomía; Clima y Emergencia Climática; Conservación Ambiental y Unidad de Conservación en Pueblos y Comunidades Tradicionales; Fortalecimiento Institucional; y Pacto Interfederativo. “Es fundamental el compromiso de la comunidad científica, de la sociedad civil en sus más diversos segmentos, la participación de todos los poderes, del Tribunal de Cuentas, del Congreso Nacional, de todos los sectores que contribuyen con esta política”, dijo Marina Silva en esa oportunidad.
Se conoció que se han contratado 2.000 brigadistas para luchar contra la furia del fuego que distribuirán su trabajo entre el Pantanal y la Amazonia. La política ambiental del Gobierno Lula, sufre estrecheces económicas. Denuncian que miles de funcionarios medioambientales han dejado de trabajar “in situ” en demanda de mejoras laborales.
Un estudio de MapBiomas indica que casi el 60% del Pantanal ha ardido en algún momento en los últimos 40 años, nueve millones de hectáreas.
En el Pantanal, los incendios no dan tregua a la capacidad de regeneración de las especies golpeadas en anteriores incendios. Hoy las llamas liquidan la vegetación que se estaba recuperando.
Otro informe divulgado esta semana por la Environmental Justice Foundation (EFJ) lamenta que faltan medidas políticas de protección y sostiene este argumento de la siguiente manera: El 35% de los humedales naturales del mundo desaparecieron en 45 años, de 1970 a 2015, un ritmo de destrucción tres veces más intenso que el de los bosques.
La mayoría de los incendios en el Pantanal son provocados por el ser humano, ya sea de forma intencional o fortuita. Por descuidos en forma deliberada para abrir espacio para los pastos para el ganado. Organizaciones ambientales y defensores del Medio Ambiente piden que se generen leyes que controlen los productos que se exportan provenientes de estos humedales, que debido a su importancia albergan el 40% de las especies animales y vegetales del mundo y son clave para mitigar los efectos del cambio climático. Reiterar que almacenan una cuarta parte de todo el carbono del suelo en tan necesario como la generación de conciencia de lo que se vendrá este año de seguir con estas prácticas incendiarias.
