El biólogo y catedrático Vincent Vos participó en una de las mesas de diálogo y propuestas en el Foro Social Panamazónico 2024 (FOSPA) que acaba de concluir en Rurrenabaque, San Buenaventura y Reyes, en el norte amazónico de Bolivia. Comparte su visión sobre lo acontecido en este evento internacional y la situación que se vive en la Amazonía boliviana.
¿Qué impresiones y sentimientos le ha causado el FOSPA 2024?
Un evento que se vivió con mucho respeto, a pesar que había grupos diferentes, sabíamos que estábamos luchando por lo mismo. Todo queremos lo mismo, es siempre agradable compartir y debatir. Es interesante escuchar sobre temas que no se sabe tanto y te informas, con dirigentes empoderadas que tienen clara la figura y que produce una resistencia importante a nivel local. Todo eso inspira.
Sobre el documento final, ¿cómo lo evalúa?
Tengo siempre mis dudas cuando se redacta un documento, que es la tarea principal; hemos estado escribiendo, editando, y de ahí hay que hacer el resumen del resumen del resumen y se pierde mucho de toda la riqueza que son los debates. En principio, es un documentocon elementos interesantes, aunque a veces algo limitado. El problema es quién hace todo lo que hablamos aquí, quién asume esto. No hay el gran jefe de FOSPA que invierta los millones para conservar la Amazonía. Muchas veces las autoridades nacionales poca y nada importancia le dan a este evento. ¿Para qué tanto esfuerzo?, me pregunto. Lo bueno es que se ha intercambiado información, salimos más empoderados, particularmente éramos 40 riberalteños aquí con colegas de la universidad que jamás habían estado en estos espacios, con estudiantes, concejales, periodistas; entendí la magnitud de lo que estábamos haciendo, esa necesidad de pensar en el desarrollo de la Amazonía. Si algunos concejales puedan aprobar alguna ley al respecto, de algo va a servir.
¿Cuáles fueron las conclusiones de su mesa de trabajo?
Estábamos en la mesa de la Frontera agropecuaria, donde vemos que cualquier monocultivo que se propone para satisfacer los mercados internacionales de los commodities trae consigo desastre. Desde las vacas (que son como monocultivos), la soya, la palma aceitera, hemos visitado comunidades y a nivel local es un desastre; hay una colonización de los territorios para imponerles modos de producción que no se adecuan a la Amazonía. Se nota que los sistemas organizativos que están detrás de ello son esquemas de corrupción, de tráfico de tierras, que garantizan pegas para gente del partido o darle un trabajito al contratista, a tu pariente. Es como quemar los recursos, quemar la Amazonía, para sacarles del camino a quienes viven aquí. Su propósito es avanzar con ese tipo de desarrollo en favor de unos cuantos grupos de poder.
No se valoran los recursos naturales, ni se cuidan tampoco…
Los análisis técnicos y las propuestas están mal diseñadas. La mayoría de las autoridades que están detrás de esto, estoy seguro, saben que sus propuestas están mal. Vemos que no les interesa el desarrollo de la población local. Lo que buscan es beneficiarse imponiendo un esquema de corrupción y lo grave es que lo hacen delante de indígenas que jamás han recibido un apoyo, mientras se malversan millones de Bolivianos en estupideces e incluso los endeudan a los mismos habitantes de estos lugares culpándoles del fracaso del proyecto. Cualquier técnico que tenga más de un año de experiencia se da cuenta que muchos proyectos están mal diseñados. Por ejemplo, siembras en agosto, que es época seca, es obvio que nadie va a lograr producir. Culpan a los productores y el Estado se lava las manos. Sin embargo, vemos que hay iniciativas turísticas propias, aprovechamiento de frutos amazónicos, cultivos tradicionales que producen con sus propios métodos, pero para eso no hay apoyo.
¿Cuál es ahí el rol de los dirigentes que firman los contratos y son el nexo entre su comunidad y el Estado?
Por eso los dirigentes han luchado para la consulta previa, pero se les meten por la tangente. A veces hablan con algún dirigente sin experiencia que mete la pata. Visitamos una comunidad que los institutos del gobierno no habían coordinado con la organización matriz, se han metido en la comunidad, han hecho mal las cosas y las autoridades indígenas les han pedido que, al no estar de acuerdo, se vayan, pero hace 6 meses que no se van. Una falta de respeto. Ni siquiera han coordinado para entrar y no quieren salir, hay una falta de respeto a la Autonomía indígena y a la Autodeterminación, creo que esto amerita un trabajo de abogados, porque se ven estafas. Hay mucha gente confiada que cree que vienen para apoyarlos y firman contratos de buena fe, pero cuando se acuerdan deben B10.000 o Bs 40.000 y la única forma de salir es aceptando otro contrato para recuperar la plata. En vez de apoyar un desarrollo local están haciendo ‘maleantadas’ con la gente.
¿Las nuevas generaciones tienen más conciencia ambiental?
Hay jóvenes de Riberalta, estudiantes universitarios, que tienen conciencia ambiental y que rápido se dan cuenta que las cosas deben y pueden ser diferentes, pero sigue siendo un grupo minoritario. Somos 1.000 personas y se nota un grupo muy unido, pero al volver a su pueblo, yo veo que la mayoría está más preocupada por bailar bonito que estudiar o lograr algún aporte serio. Tengo la esperanza que los que han venido (al FOSPA) contagien a sus compañeros.
La amazonía se sigue quemando, ¿cómo se detiene esta situación?
El primer paso es la resistencia. Estoy de acuerdo con esos indígenas que dicen: ‘no aceptamos el ingreso de la palma aceitera, ya no vamos a dejar que Emapa entre a nuestras comunidades para vendernos sus sueños, que son irreales, y que terminan endeudando a nuestras comunidades. Las decisiones sobre nuestro territorio las tomamos nosotros’. Luego habrá que conseguir que sus propias propuestas consigan apoyo, pero no es nada fácil. Las comunidades tampoco la tienen muy claro. La agricultura casi no es una opción, el aprovechamiento del bosque tal vez sí, pero se necesitan recursos. Los aceites que salen del bosque son opciones también, no necesariamente para el biodiésel, sino para cosméticos u otros usos, pero se requiere investigación, apoyo del Estado. Ahora, el esquema está al revés. Hay que asegurar que los recursos públicos vayan al desarrollo, a favor de los bolivianos. Es un cambio difícil de conseguir porque les das los datos a las autoridades y no les interesa. Están metidos en los esquemas de corrupción. La única forma es lograr una concientización a gran escala, que tenga incidencia pública para que no se permita que las autoridades malversen los recursos públicos. Lamentablemente mucha gente cree en esas charlas donde les prometen que se van a ser ricos sembrando soya o sacando oro y la verdad es que hay muchas necesidades, por eso es complejo. Es un trabajo muy arduo. Creo que lo del FOSPA es un paso más y se deben masificar las propuestas. Ya no somos unos cuantos ambientalistas u ONGs, veo que es un conjunto de personas con sectores de la sociedad, incluida la Iglesia Católica, la Universidad, etc. con criterios similares.
¿Cuál ve que es el rol de los medios de comunicación respecto al compromiso con el medio ambiente?
Hay medios que se acomodan a los intereses, como en Santa Cruz, que atacan a los migrantes y colonos diciendo que son ellos quienes provocan la deforestación, sin demostrar que son las grandes empresas, digamos ¿no?. Y por otro lado, en la zona Andina, el Gobierno tiene más poder y manipula los medios y ‘muestran’ que todo es culpa de los oligarcas y no suya, cuando la realidad es una mezcla. Los datos no respaldan ninguna de esas dos posiciones, esto es con los medios grandes, pero hay otros medios que hacen periodismo de investigación y publican artículos muy interesantes. Muchos periodistas la tienen más clara que las autoridades e incluso que los académicos o técnicos, que están en su propia nube.
¿Cómo vio la sincronización con los dirigentes de otros países y los de Bolivia?
En todas las regiones pasa lo mismo. La minería en Colombia por ejemplo está vinculada al terrorismo. En otros países obligan a cultivar la palma aceitera bajo presiones. Hay experiencias adversas, escuchar esas vivencias es preocupante. De todas maneras, el intercambio es provechoso, hay gente muy diversa y dirigentes de gran capacidad. Eso es enriquecedor.